En México, las radios comunitarias están sujetas a un alto grado de discrecionalidad de las autoridades competentes para otorgarles permisos. En vez de una legislación adecuada, las radios comunitarias y los medios libres han sufrido la criminalización y sus integrantes han sido perseguidos a través de vías penales desproporcionadas y abusivas. La falta de respeto a los derechos a la información y a la comunicación se ven agravados por las reiteradas violaciones a los derechos humanos de quienes promueven proyectos de radios comunitarias, además de las constantes persecuciones que padecen. Dos grandes empresas dominan en nuestro país el mercado de la televisión, amplios segmentos de la radiodifusión y disputan el control de las nuevas tecnologías; controlan también los mecanismos de conformación y operación de los órganos reguladores de las comunicaciones, a la vez que numerosas representaciones en el Congreso de la Unión, con lo cual promueven leyes que amplíen sus privilegios (la llamada Ley Televisa) y les permitan un control casi irrestricto del espectro radioeléctrico del país. De este modo, las dos grandes televisoras del país controlan los flujos de información hacia la sociedad y se permiten ocultar o manipular el acceso a los medios para los pueblos y las organizaciones que pretenden denunciar los agravios de que son víctimas. Adicionalmente, México se ha convertido en el país del mundo en que es más peligroso ejercer el oficio de periodista, demostrado por el elevado número de asesinatos y agresiones (amenazas, secuestros, intimidaciones) a los periodistas de medios locales, comunitarios y hasta nacionales. Como resultado, la impunidad y la injusticia son reforzadas a través de amplios bolsones de silencio, de la desinformación y de la criminalización en los medios de las protestas sociales. Por otra parte, el Estado viola sistemáticamente el derecho a saber de los ciudadanos que son afectados por proyectos que destruyen los espacios que habitan.

ORGANIZACIONES PROMOTORAS

El Comité Promotor está en proceso de construcción, a partir de un primer equipo de trabajo integrado por académicas de la ENAH y de la UAM-Xochimilco, activistas de Radio Zapote y del movimiento urbano popular, quienes mantienen abierta la invitación a participar a grupos de los medios libres, a radios comunitarias, a ONG´s de este espacio, a redes de periodistas, a activistas comprometidos con espacios culturales alternativos y a organizaciones del movimiento urbano popular que exigen el derecho a ser informados de los proyectos y las políticas públicas que los afectan.