Escribimos para expresar nuestra indignación y tristeza ante el fracaso estrepitoso de la cumbre regional realizada en Guatemala en búsqueda de una respuesta adecuada a la crisis humanitaria declarada por el gobierno estadounidense en la frontera entre México y los Estados Unidos por el éxodo masivo de menores migrantes, principalmente de origen centroamericano. Estos flujos incluyen hasta la fecha a más de 52,000 menores no acompañados desde octubre de 2014 (90% más que en el mismo período del año previo), y a 39,000 mujeres con niños, detenidos bajo condiciones inhumanas de hacinamiento y vulneración sistemática de sus derechos.
Los resultados fatales resumidos por uno de los medios más influyentes de Honduras, el país más afectado, son tristemente elocuentes: “(el Vice Presidente estadounidense) Joe Biden fue directo y no dejó lugar a las esperanzas- serán deportados los niños centroamericanos que arriesgaron la vida en la peligrosa ruta del ´mojado´ para estar con sus padres. Es más, Estados Unidos acelerará su proceso de repatriación porque el éxodo no cesa”. (La Prensa, Tegucigalpa, 20 de junio 2014).
Entre los asistentes de la cumbre estuvieron Biden, el anfitrión, el Presidente (y exGeneral genocida imputado en el juicio contra el exdictador Riós Montt) Pérez Molina de Guatemala, Sánchez Ceren de El Salvador, un enviado especial del presidente hondureño, y funcionarios mexicanos como el Secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong y su subsecretaria encargada de temas migratorios. Varios medios señalan la ausencia notoria de Juan O. Hernández, el mandatario hondureño, por darle más prioridad a su asistencia en Brasil al último partido del equipo de su país que al tema que ha afectado a más de 11,000 niños de su patria.
Los flujos masivos de menores migrantes y sus familiares son una parte integral del éxodo persistente que ha interpelado a las conciencias de la sociedad mexicana desde la Masacre de San Fernando en agosto de 2010. Reflejan tanto la continuidad de las injusticias estructurales que produjeron los conflictos regionales centroamericanos en los años 80 cómo su profundización a raíz de la imposición de la militarización de la guerra “anti-drogas” y los estragos del “libre comercio”, además de los efectos perversos de las políticas migratorias estadounidenses que dividen a las familias. Un factor clave adicional ha sido la complicidad decisiva de los gobiernos de los países de origen, tránsito, y destino en estas causas y en su regionalización. Todos estos factores juntos plantean la necesidad inmediata de abrir un corredor regional humanitario que reconozca el derecho al libre tránsito para estos jóvenes y sus familias, incluyendo medidas especiales transitorias de protección o el reconocimiento de su derecho al refugio o asilo, en aras de la reunificación de sus familias.  Queda muy claro después de la cumbre que lograr esto depende más que nunca de la acción ciudadana transnacional concertada en solidaridad con los migrantes en tránsito, y no de los gobiernos corresponsables del desastre actual que los consume.
Atentamente
POR FAVOR AÑADIR SU NOMBRE Y (EN SU CASO) ORGANIZACIÓN ADHERENTE
Comisión Jurídica, Eje sobre Migración, Refugio, y Desplazamiento Forzado del Capítulo México del TPP; Secretaría, Tribunal Internacional de Conciencia de los Pueblos en Movimiento; International Association of People´s Lawyers (IAPL, Holanda); ABRAPO (Brasil); PRECADEM, A.C; CCTI; Asociación Mexicana de Abogados del Pueblo (AMAP);
favor de agregar su firma y enviarla al correo: tpp.migración@gmail.com